PAGINA VALDENSE

PAGINA VALDENSE

sábado, 29 de diciembre de 2012

Reflexión de navidad.


Niño.
Dibujo de Cerezo Barredo (Servicio Koinonía)


   Niño, tierno niñito, que al mundo te trajo Dios. Naces en los arrabales entre basura, barro y dolor. Niño frágil, eres entre los frágiles: tu madre trabaja por horas y tu padre es albañil, tus primos transcurren sus jóvenes días sin trabajo ni ilusión y tus tíos recogen hierro, trapo y cartón.
   Niño, pequeño niñito, allende el horizonte del ranchito en donde te alojas, se vislumbran las pálidas luces metropolitanas, un murmullo caótico y sus torres tan lozanas. En esos monstruos edilicios, los poderosos del mundo, en rigurosos balances, cuentan sus miles de millones y en sus otros tales planes ya han decidido ganar todavía más el año entrante, aunque cueste el sacrificio de miles de millones de niñitos como tú, amor mío.
   Niño, indefenso niñito, ¿Cómo han de ser tus días por venir? ¿Por qué caminos polvorientos ha de guiarte tu corazón inquieto? Y al mirarte sigo con mi indagar tan preguntero; ¿Qué mundo te hemos de dejar, motivo de mis esperanzas? ¿Cómo has de ganarte el pan, soñar y amar en aquellas horas, que ya se avistan plagadas de obscuridades?
   Niño, tan mío, niñito, hoy eres tan pequeñito pero mañana serás un hombre y deseo para ti mis mejores anhelos: que, codo a codo junto a otros hombres y mujeres, seas pan para el hambriento y agua para el sediento y puedas anunciar, con valentía y justo a tiempo, la buena noticia a los pobres y proclamar la liberación de los cautivos para que los ciegos vean y los oprimidos sean libres (¡Ah…! ni bien asomas al mundo y yo con mis exigencias…).
   Niño, ya entre nosotros, niñito. Has nacido y la noticia corre rápido ¡Hay que festejar la nueva vida…! Doña Rosa, por su “buena mano”, hace las empanadas y Hugo sirve el vino, Cristina ameniza la reunión y los más jóvenes ponen la música, no sin ser advertidos por Doña Rosa: “¡despacio que van a despertar al recién nacido!”
   Sin embargo, en lo alto, aún en la noche más oscura, sale una estrella, es para ti mi pequeño niño, para anunciarte. Mis dudas y temores se disipan porque su fulgor nos guía hacia un nuevo tiempo y los albores del día asoman en la lejanía.
   Luis Eduardo Obregón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario