PAGINA VALDENSE

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jueves, 6 de diciembre de 2012

Reportaje a Gabriela Liguori, coordinadora del Servicio Ecuménico de Apoyo y Orientación a Migrantes y Refugiados (CAREF).



 “Le doy la más efusiva bienvenida a la iglesia valdense a la Junta Directiva de CAREF”

Gabriela Ligouri, coordinadora de CAREF.











   La Licenciada en Trabajo Social, Gabriela Liguori, quien es la Coordinadora General de la Comisión Argentina para los Refugiados, le da la bienvenida a la Iglesia Evangélica Valdense, luego de que esta institución eclesial decidiera ingresar a la organización ecuménica mediante la resolución de su último Sínodo (Acto 19), ella, además, aborda diversos temas: se remonta a los orígenes de CAREF, también hace una breve caracterización del momento histórico por el que transcurre la Argentina con respecto al tema de la migración, además nos informa de las actividades que desarrolla esta institución en la actualidad y los desafíos que se le presenta a este organismo ecuménico de casi cuarenta años de vida.

   El reloj marca pasada las tres de la tarde de un día de semana de tantos en la Ciudad de Buenos Aires. Gabriela Liguori, la coordinadora de CAREF, se hace un momento para recibirnos en medio de la trajinada jornada. Nos sentamos en una amplia oficina, cuyas paredes blancas están decoradas por coloridas láminas que nos hablan de campañas emprendidas por la institución. Gabriela nos recibe con calidez y, ya sentados, el mate comienza a circular y la charla a entretejerse. Nuestra interlocutora nos ofrece sus palabras enfatizándolas gestualmente, trasmitiéndolas con vital intensidad.

Los comienzos.

   La Licenciada Liguori rememora los comienzos de CAREF en la década del 70: “CAREF se inició como una respuesta de un grupo de personas vinculadas a las iglesias a las necesidades de quienes sufrían el golpe de estado de Pinochet en Chile, en el año 1973. Este hecho conmovió evidentemente a un grupo de iglesias y se vieron desafiados a definir una acción para dar alguna respuesta. Y esta acción solidaria es la que da inicio a la Comisión Argentina para los Refugiados como organización ecuménica. Luego agrega: “En aquel entonces, muy rápidamente, el Consejo Mundial de Iglesias y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados fueron organizaciones de la red internacional que acompañaron el desarrollo de lo que CAREF fue llevando adelante.”
   “Cada vez que escucho a aquellas personas que pasaron por esta institución en aquellos momentos –reflexiona Gabriela- entiendo más porque CAREF se identifica como una institución de derechos humanos”; y más adelante sostiene: “desde hace un tiempo definimos a CAREF como una institución ecuménica que trabaja el tema de la migración y el refugio desde una perspectiva de derechos humanos. Y para mí esto tiene que ver con los orígenes, con aquella marca de nacimiento, con aquello que hizo que CAREF naciera; CAREF nació para defender y promover la vida, para promover la libertad y se constituyó como una institución de derechos humanos.”

Un presente paradójico.
  
   Gabriela Liguori caracteriza el presente de la Argentina en cuanto al tema migratorio como “interesante” y “en algunas cosas, paradójico”. En este sentido, argumenta que “en términos normativos, Argentina tiene un marco excelente, muy propicio para lo que CAREF pretende y espera. Pero lo que vamos observando es que la aplicación tiene muchas trabas: hay una brecha importante entre la norma y la práctica; aquello que está en la letra de la norma cuesta que se aplique”.
   “El país tiene una ley migratoria –señala- que es de avanzada en el mundo en términos de protección y garantías de derechos. Existe una ley que fue aprobada en el año 2004 (Ley 25.871) que reconoce la migración como un derecho humano inalienable  y garantiza a todas las personas que estén migrantes en este territorio los derechos sociales básicos, como la educación, la salud y el acceso a programas sociales; más allá de su situación migratoria, es decir, más allá de que tengan documento o no. Argentina también ratificó hace poco años la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de los  Migrante y su Familia y sancionó una ley de protección al refugiado (Ley 26.165, de Reconocimiento y Protección al Refugiado)”. En este sentido, Liguori subraya: “Si tenemos en cuenta las políticas migratorias de otros países,  Argentina está a la vanguardia en cuanto a la promoción de derechos, muy lejos de las miradas que criminalizan la situación de los migrantes, o que encuentran en el migrante a un supuesto ‘enemigo’ o a un ‘sospechoso’; por ejemplo, Argentina está muy distante a la realidad italiana en términos de normativa.”
   Sin embargo, la coordinadora de CAREF advierte que: “Si bien la ley migratoria es muy garantista y muy abierta, luego las leyes de determinados programas sociales, tales como la Asignación Universal por Hijos o las pensiones, presentan obstáculos para aquellas personas que no tienen una radicación en el país.”

Los diversos frentes de acción de CAREF.

   “Por un lado está la cuestión de la norma y de su aplicación, y por el otro, está la cuestión de la realidad humana y la convivencia en la diferencia. El desafío es trabajar este tema tanto con la población migrante como con las organizaciones sociales. Desde hace ya tiempo venimos trabajando talleres que promueven los derechos de la población migrante, no solo con la propia población migrante sino también con las organizaciones públicas, especialmente con el sector salud y esperamos segur avanzando con las áreas que tengan que ver con la educación”, asegura Liguori. Desde esta perspectiva, por ejemplo, fue que el pasado 22 de marzo tuvieron una charla con los jefes de salud y representantes de los programas de salud sexual y reproductiva.
   Además, CAREF lleva adelante un programa de acción social con el objetivo de la promoción de derechos. Es así que este programa se organiza en tres grandes áreas:
   Área 1: Atención directa de los migrantes:
a-     Servicio social: “en donde se atienden las diversas demandas que la población trae a la institución; la gente llega por su propia decisión o porque es derivada por alguna otra institución, y se trabajan las diferentes demandas que comienzan a aparecer”. Luego Liguori agrega: “En el servicio social también se forman estudiantes de la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que están cursando su último año de la carrera. Este es un espacio de práctica, aunque no es sólo un espacio de práctica profesional” ya que los trabajadores sociales, y ella es una de ellos, se sienten cómodos en los ámbitos comunitarios y grupales.  
b-     Clínica socio-jurídica de atención a migrantes y refugiados: “es un proyecto conjunto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y la Facultad de Derecho de la UBA –informa Gabriela Liguori-; ya que es también, un práctico de la Facultad de Derecho, en donde los estudiantes del último año de la carrera se forman para el abordaje y la comprensión de la temática que tiene que ver con derecho internacional y derechos humanos y, a su vez, brindan un servicio tomando situaciones concretas de personas que necesitan un asesoramiento jurídico. Por ejemplo, hemos llevado adelante el caso Reyes Aguilera, que ha llegado hasta la Corte Suprema. Y que esta instancia judicial dictó un fallo favorable. Se trata de Daniela, una nenita boliviana con una discapacidad importante, que no podía acceder a una pensión por discapacidad porque no cumplía con los requisitos del programa de pensiones que es tener como veinte años de residencia en el país.”
c-      Programa de salida temporal de colombianos: “este es un programa destinado a la atención de familias que provienen de Colombia y que fueron obligadas a salir por la situación de conflicto existente en ese país, sobre todo por casos de persecución”, señala la coordinadora de CAREF.
   Área 2: Promoción, capacitación y fortalecimiento institucional.
a-     Los migrantes como sujetos de derecho: el fortalecimiento de organizaciones sociales para la construcción de prácticas ciudadanas. “Es un trabajo que tiene que ver con la promoción de derechos –explica- con las propias colectividades y con las organizaciones tanto públicas como de la sociedad civil y también con las iglesias”.
b-     Trata y tráfico de personas: el compromiso de las Iglesias ante la vulneración de Derechos. “uno de ellos es un proyecto de carácter nacional destinado a iglesias, para que se comprenda la temática y se pueda reflexionar sobre la  orientación que las iglesias puedan llevar adelante y también para acompañar a aquellas migrantes que han sufrido o sufren situaciones de explotación sexual.”
c-      Trata y tráfico de personas: un tema asociado a la migración y los derechos humanos. “este es un proyecto vinculado a este tema que surge a nivel regional, que incluye a Bolivia y Paraguay, además de Argentina; y esperemos que se pueda renovar en una próxima etapa y pueda incluir a Uruguay. La trata es un delito que supera ampliamente las fronteras. Como organización ecuménica, queremos proponer y promover que también entre las iglesias haya una articulación fuerte a nivel regional para consolidar una fuerte perspectiva en este sentido.”
d-     Promoción de la salud sexual y reproductiva con mujeres migrantes: “este proyecto se lleva adelante especialmente con mujeres bolivianas. Desde hace un tiempo venimos trabajando con un grupo de mujeres con la consecución de la campaña de promoción de estos derechos; esta es una campaña elaborada con mujeres para mujeres que tiene elementos radiales y gráficos. Lo interesante de este proyecto es que las mujeres del equipo, porque ellas son parte del equipo, proponen y llevan adelante tareas, se han formado en el tema de derechos de los migrantes y género y, especialmente en el tema de sexualidad, y han llevado acciones realmente admirables dentro de una colectividad en donde el tema de la sexualidad es poco abordado, poco dialogado. Eso es algo muy gratificante para ir viendo como las cosas van avanzando”. Gabriela también nos cuenta como difunden la campaña: “vamos a la feria de la Alasita, una feria popular boliviana, estuvimos en carnavales distribuyendo material de la campaña y preservativos, también estuvimos en la zona de Liniers en donde está afincada gran parte de la colectividad.”
e-     Integración de los migrantes en el padrón electoral: “Ahora también estamos involucrándonos con un grupo importante de actores sociales diversos en la promoción del empadronamiento de migrantes que vienen a la Ciudad de Buenos Aires, para poder votar en las próximas elecciones y, a su vez, en el impulso de una reforma legislativa que permita cambiar la ley electoral existente para que los migrantes no solo puedan votar sino que también puedan ser electos, por ejemplo, en las comunas; y que, además, el empadronamiento no cumpla ese proceso burocrático complicadísimo, como es hasta ahora, sino que sea mediante un empadronamiento automático, en donde el migrante forme parte del padrón general de electores como pasa con cualquiera. Hoy en día un migrante que tiene por lo menos dos años de residencia permanente en el país puede votar a nivel local. Lo que pasa es que no se difunde y no todos lo saben, además, implica hacer el trámite personal de ir a inscribirse a un determinado lugar, entonces la consecuencia es que de trescientos mil haya sólo un puñado de personas que efectivamente están inscriptas”, asevera Liguori.
   Área 3: Incidencia pública. “En ese aspecto –afirma Gabriela Liguori- trabajamos desde hace muchos años promoviendo la ley migratoria. CAREF fue, junto a otras instituciones, la que impulsó fuertemente el cambio de la ley migratoria. Antes estaba en vigencia la ‘ley Videla’, que provenía de la dictadura, con un espíritu muy vinculado a la seguridad nacional y a identificar al migrante como ‘sospechoso’”. Con respecto a este tema, Liguori afirma que la fortaleza de CAREF radica en que sus acciones “surgen de las necesidades de la población migrante y refugiada”, ya que este organismo “abarca la articulación en el campo concreto, el “cara a cara” con el migrante, hasta la pretensión de una reforma legislativa, y en el medio lo comunitario, lo territorial.”

La relación CAREF-iglesias.

   La coordinación y la comunicación con las iglesias es una preocupación constante de CAREF, Gabriela, sin embargo, advierte: “No es suficiente, siempre hay pasos que se van dando pero la promoción del trabajo que CAREF hace al interior de las iglesias, la acción de profundizar el conocimiento que las iglesias tienen de la existencia de este proyecto y las políticas actuales es algo que necesita todavía ser muy trabajado, muy desarrollado.”
   Por otra parte, ella reflexiona: “A mi me parece que, a diferencia de otros proyectos, lo que CAREF hace no forma parte de las problemáticas que más sensibilizan a la sociedad, en términos generales. Entonces, cuando uno va a hablar del trabajo que se hace con la población migrante en una comunidad, a una iglesia determinada, al interior de estas se plantea: “está todo muy lindo pero lo que pasa con los niños a mí me preocupa más” o “el pobre que tengo en la puerta me preocupa más…” Me parece que hay temas que sensibilizan más”. Pero también ella nota que “el tema de tratas de personas es algo que a las iglesias las conmovió mucho. Estas tomaron de manera muy rápida el guante: “acá hay que hacer algo y es muy importante que podamos comprender y aportar en algo para la prevención y la asistencia de víctimas de la trata de personas”, dijeron algunos. Me parece que ahí hubo una respuesta rápida, que se va propagando, se va avanzando y se va contagiando”. Sin embargo, pese a no presentarse como una urgencia social ni eclesial, la migración es un tema cercano a nuestra realidad, “tenemos al migrante al lado -asegura la coordinadora-, en la verdulería en donde vamos a comprar todos los días”.
   Al caracterizar el momento por el que está transitando CAREF, Liguori advierte que “está en una etapa de apertura en relación a las iglesias, de querer fortalecer la articulación ecuménica desde su interior, y querer sumar a las iglesias que, por su perfil, como es el caso de la Iglesia Valdense, pueden estar comprometidas con la temática, o incluso porque en algún momento formaron parte de CAREF”. Pero este “abrirse” y “crecer” también significa no olvidarse de los orígenes. En este sentido, también representa “un desafío que las organizaciones se aireen, no envejezcan, que haya nuevos impulsos, que aparezca lo instituyente, que se vuelva a preguntar por lo que pareciera obvio. Si hay un fortalecimiento interno desde lo más esencial de la institución, esto también fortalece a la institución en todos sus otros aspectos.”
Gabriela Ligouri junto a Marina Yorston, integrante de la Iglesia Valdense de Flores.


   Luego de un rato de tener esta conversación amena con Gabriela Liguori, el mate comenzó a lavarse y nuestra charla tocaba a su fin. A modo de despedida pero también de bienvenida, con respecto a la decisión de la Iglesia Valdense de ingresar al organismo ecuménico, ella, con entusiasmo, nos invita: “le doy la más efusiva bienvenida a la iglesia valdense a la Junta Directiva de CAREF. Me alegra mucho, realmente”  

(Publicado en Página Valdense de abril de 2011)

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