“Uno puede decir el mensaje que tiene para dar pero que no se mezcle con el bajón”
Joselo Schuap y su grupo hicieron un
recital el domingo 5 de febrero a las 17 horas, en pueblo San Gustavo, Entre
Ríos, en el marco del 49º Sínodo de la Iglesia Evangélica
Valdense del Río de la Plata.
Luego de una jornada lluviosa, la noche
reposaba plácida yé fresca. El patio del colegio Secundario número 4,
Conscripto Bernardi, de Pueblo San Gustavo, se envolvió de alegría, ya que más
de dos centenares de personas bailaban y hacían palmas al compás de los ritmos
litoraleños y latinoamericanos que ofrecían Joselo Schuap y su conjunto. Luego de la presentación, Joselo nos habla
sobre su labor como músico popular, su visión de la realidad y sus proyectos.
-En los
recitales de ustedes podemos comprobar que tu música está llena de vida, es
comprometida y alegre; se manifiesta el compromiso social y ecológico junto a
la alegría del pueblo.
-Sí, claro, es lo que decía Arturo Jaureche,
que nada se puede lograr con la tristeza y que a un pueblo triste. Hay que
luchar para que nuestro pueblo no pierda la alegría; uno puede decir el mensaje
que tiene para dejar pero que no se mezcle con la tristeza, con el bajón, como
se suele decir. Con alegría luchamos para cambiar lo que tenemos que cambiar,
para festejar lo que hemos logrado, para empezar de nuevo cuando hay que
empezar de nuevo y para levantarse cuando uno se cae.
-Por lo que se puede ver en tu sitio de Internet,
los recitales que ustedes organizan son un verdadero punto de encuentro
popular, en donde maestros, alumnos, trabajadores, artistas, todos se
encuentran. Eso es profundamente transformador.
Por ahí, nosotros tenemos un formato
diferente al de otros artistas, a lo mejor porque no nos queda otra, no sabría
decirte. Pero ya le hemos encontrado el gusto. Somos músicos viajeros,
peregrinos, callejeros, como se dice de manera despectiva.
Hoy estaba escuchando un tema de una banda
amiga, Arbolito, y dice: “somos
músicos callejeros, me lo dijeron despectivamente”; pobre del que no sabe y del
que no lo siente. En la calle viven las personas del pueblo, entonces, yo
quiero tocar en la calle, no nos preocupan tanto los grandes escenarios, que
son necesarios para crecer y seguir trabajando.
Yo estoy volviendo de Cosquín, es la sexta
vez que tocamos en el escenario mayor. Pero te digo, yo disfruté más hoy acá
que lo que hicimos en el escenario Atahualpa Yupanki. Siempre apurados, con el
espacio reducido pero también estamos agradecidos a la gente de Cosquín por
dejarnos mostrar lo nuestro y que sienten una presión tan grande por elegir
artistas que, por suerte, somos muchos en la Argentina.
Ante la realidad de que hay tantos músicos,
nosotros no entendemos lo nuestro como una carrera artística porque no competimos
con nadie. Queremos compartir nuestra música y no ganarle a nadie. El éxito
para nosotros es llegar a un punto en donde el movimiento no se detenga. No
tenemos una meta puesta, en donde uno la consiga después ya no hace nada. Como
decía en el escenario: “el éxito no es llegar sino ir…”.
-Estás en tu octavo disco, Literalmente. ¿no? ¿Y qué planes tienen
para el futuro?
-Litoralmente
es el quinto, después sigue Somos agua,
con Mario Bofil y Julián Zini, y el último se llama Machete y chamamé, que es el que estamos preparando ahora, y
próximamente vamos a sacar Sembradores,
un disco con escuchar música y plantar un lapacho en el patio. Porque la
semilla es un comprimido de vida que la naturaleza permite que exista y
necesita que germine y que sea respetada y que no sea transformada por
intereses exclusivamente ambiciosos. La semilla, en relación a los alimentos,
sufrió muchísimas transformaciones artificiales. Y yo prefiero comer el choclo
que plantaba mi abuela pero eso ya está muy lejos de nuestra realidad pero, por
lo menos, tratar de que ese ser humano siga siendo ese choclo natural, ese
tomate que tenía gusto a tomate, a esa planta de mandioca o de papa que tiene
una identidad tan grande entre nosotros y que, a través del paso del tiempo, le
dio de comer a tanta gente, desde la historia pre-colombina inclusive.
Todo lo que fuimos perdiendo de identidad en
los alimentos, también lo fuimos perdiendo en nuestra cultura. Y yo creo que hay
que seguir luchando por eso.
-Desde
este ámbito eclesial cristiano, notamos que tenemos muchas preocupaciones
comunes con vos; este recital quizás también sea un impulso para abrirnos a los
aportes que nos ofrecen desde fuera de las iglesias. Es bueno el poder
encontrarnos y compartir un diálogo común.
-Eso eso está buenísimo. La cristiandad o la
religiosidad, para ser más abiertos, no solamente pasa por lo cristiano sino
por respetar a nuestros pueblos originarios, que creían en Tupá, en Ñanderú-Tupá,
en otros parámetros religiosos. Todos apuntan a lo mismo, ¿no?, a tener un
respaldo espiritual, que lo necesitamos.
Yo creo en un Dios al que no le tengo miedo,
al que siento cerca de mí porque me ayuda, me guía y me da fuerzas para seguir.
Y creo en aquel que lo representa siempre que este relacionado a la humildad,
el servicio y al respeto por la gente más humilde, el que más necesitan, como
decía Cito Segovia: “en el Cristo de los villeros, en este Cristo yo creo, en
este Cristo yo espero, es el Cristo el que trabaja con sus manos, el Cristo de
mis hermanos, el Cristo de los
villeros.” Esa canción la grabe en Litoralmente
y es un disco que quiero mucho porque me ha traído esas canciones y pude lograr
de cantarlas, y poder decir que vivir en
el litoral argentino, en el nordeste argentino es una bendición, simplemente porque
tenemos agua, tierra y mucha naturaleza.
COMISIÓN DE PRENSA SINODAL
2012
San Gustavo -Entre Ríos-
Nota Nº 3
6 de febrero de 2012, 20:40.
El cantautor litoraleño, Joselo Schuap. |
El grupo de Joselo Schuap |
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