Llamados a compartir
el Agua de Vida con toda la humanidad
Desde el domingo 5 al miércoles 8 de
febrero pasado se celebró el 49º Sínodo
de la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, en Colonia San Gustavo,
departamento de La Paz, provincia de Entre Ríos. La Asamblea Sinodal convocó a
más de un centenar de personas entre diputados de las iglesias locales,
colaboradores y delegados fraternales de las instituciones e iglesias hermanas
del Río de la Plata, Paraguay, Brasil, Estados Unidos, Suiza e Italia. Además,
el acto asambleario contó con la participación del músico litoraleño, Joselo
Schuap, quienes hicieron un recital, el domingo 5 a la noche, para los
asistentes al Sínodo y los vecinos del pueblo.
Un jarrón de porcelana vierte un hilo de
agua cristalina que va a reposar a una fuente de barro. “Quien tenga sed venga y beba gratuitamente del agua
de la vida”, recita el libro del Apocalipsis (capítulo22, versículo 17); este
es el lema con el que dio comienzo el Sínodo 49º de la Iglesia Evangélica
Valdense del Río de la Plata , mediante un culto de
apertura conducido por el Obrero Oscar Nùñez, quien afirmó que “la oferta de
Juan (el autor del libro del Apocalipsis) es la Palabra encarnada que es
Jesús. Este Jesús es una Palabra que libera, que particulariza, una Palabra que
es capaz de crear el encuentro con el agua que calma toda la sed. Jesús es una
ética que libera, una Palabra que se pone en acción y cura, una Palabra que
resignifica el fenómeno de la vida al darle un nuevo sentido”.
El Sínodo es el órgano máximo de decisión de
la Iglesia Evangélica
Valdense del Río de la Plata. En
esta asamblea, los delegados de todas las comunidades que integran la Iglesia , construyen los
lineamientos que orientan la vida y la organización de la mencionada
institución durante el período de un año.
La Asamblea Sinodal tuvo dos momentos de
sesión: en una primera instancia trabajó en áreas temáticas, en esta ocasión
fueron seis: Fortalecimiento de las Comunidades y Liderazgo, Capacitación,
Desarrollo Institucional, Diaconía, Comunicación y Mayordomía. Las áreas de
trabajo elaboraron propuestas que posteriormente fueron debatidas en plenario
para luego crear las resoluciones o Actos sinodales.
Algunas resoluciones o Actos Sinodales
El Acto 5 señala sobre la diversidad de experiencias
de capacitación que vive la Iglesia Valdense rioplatense. En este sentido, el
Sínodo enfatiza sobre algunas actividades y temas que son centrales para la
capacitación eclesial, tales como la capacitación de niños, los campamentos,
los estudios bíblicos, la resignificación creativa de las celebraciones
litúrgicas, la propiciación del encuentro intergeneracional y la construcción
de identidades a partir de la memoria de los pueblos, grupos de mujeres,
escuelas dominicales, etc. Además, “solicita a la Mesa Valdense que, a través
de la Comisión Asesora de Capacitación reúna la información de las actividades
realizadas y las ricas experiencias que ya se disponen para poder contribuir al
desarrollo de las actividades en otras comunidades.”
En los últimos años la Iglesia Valdense está
inmersa en un proceso de un plan estratégico que abarca todas las instancias de
su organización. En este sentido, las comunidades y otras instancias eclesiales
están avanzando en la elaboración de criterios de evaluación y planificación.
Al respecto, el Sínodo resolvió, a través del Acto 7, continuar con el
asesoramiento del Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio (CREAS) y
que la Comisión de Planificación Estratégica, junto al CREAS, organicen
talleres en los ámbitos presbiteriales para “colaborar en la priorización de
las propias planificaciones.”
En el Sínodo anterior se debatió sobre la
posibilidad de realizar dos tipos de sínodos: en los años pares realizar
asambleas sinodales administrativas, mucho más pequeñas en su composición, y en
los años impares realizar sínodos reflexivos o temáticos. En este sentido, el
Sínodo resuelve, mediante su Acto 9, que la Mesa Valdense, junto a la Comisión
de Reglamento y los asesores que le parezca pertinente, “implementar la puesta
en funcionamiento de esta modalidad.”
A través de los años ha sido una
preocupación de la Iglesia el poder desarrollar una actividad comunicacional con
el fin de dar a conocer sus puntos de vista a la sociedad. En este sentido,
este Sínodo considera que es “el tiempo de informar más y mejor” y de “salir al
ámbito interno y externo con acuerdos acerca de qué y cómo comunicar”. Por esta
razón es que el Acto 12 resuelve que la Mesa Valdense continúe con la
conformación de una secretaría de Comunicación con un cargo rentado en el
corriente año, acompañada por una comisión ejecutora que la evalúe y
asesore.
Un tema muy sensible a la Asamblea Sinodal fue
la discusión franca sobre los problemas y desafíos que plantea El Hogar Nimmo,
(espacio de contención a niños y Jóvenes en condición de vulnerabilidad). El
Acto 15 considera que la complejidad de los problemas que sufre la niñez en la
sociedad “exceden el trabajo voluntario”, además de la falta de intervención,
que ayudó a profundizar “las dificultades del proceso” y observando que el nuevo
Director y el recambio de la Comisión del Hogar favorecen el inicio de un
proceso de normalización, es que resuelve que la Mesa Valdense y las
comunidades de la zona a “acompañar a la Comisión del Hogar y a la Dirección
den este proceso.” Por otra parte, el tema del Hogar Nimmo pone en evidencia la
complejidad de los procesos que están atravesando las Obras de Servicio en
general. En este sentido, las dificultades se agudizan porque el año pasado no
se pudo conformar la Comisión Sinodal de Diaconía, logrando convocar a una
comisión provisoria, la cual intentó dar respuesta a los temas más acuciantes.
Sin embargo, en el Acto 16, el Sínodo considera pertinente el conformar una
Comisión Sinodal de Diaconía que tienda a la regionalización de su trabajo con
el fin de optimizar su labor.
Un acontecimiento significativo en este
Sínodo fue la celebración de los 40 años de la Comunión de Iglesias en Misión
(CEVAA). Mediante el Acto 20, la Asamblea Sinodal agradece a Dios por la
concreción de intercambio de pastores y jóvenes, por la Acción Apostólica Común
y por el intercambio entre los pueblos Kanac y Qom. Además, siendo que la Obra
Acción Apostólica Común es un proyecto de trabajo pensado para 12 años, y este
año culmina su tarea, el Sínodo resuelve, mediante su Acto 21, continuar su
vínculo con las comunidades Qom y elaborar un proyecto que permita la
continuidad en diálogo con este pueblo.
Elección de los integrantes de la Mesa Valdense
El miércoles 8 al mediodía, el Sínodo eligió
las autoridades de la Mesa Valdense, siendo elegido Moderador el pastor Marcelo
Nicolau, reelecto por cuarta vez, desde que fue votado por la Asamblea Sinodal
de 2009. Además, se reeligió a Mabel Gonnet,
Silvia Benech y Mario Genre Bert, y el pastor Álvaro Michelin Salomón
fue electo como el nuevo integrante de este organismo. La Mesa Valdense es el órgano
operativo de las decisiones elaboradas por la Asamblea Sinodal
de la Iglesia Valdense.
Luego de ser reelecto, el Moderador Nicolau
agradeció por la confianza que la
Iglesia depositó nuevamente en su gestión y señaló que: “El
viento es soplo vivo del Espíritu Santo, este es el momento de aprovechar los
vientos que soplan en la
Iglesia ”.
Actividades culturales en el marco del Sínodo
La jornada del domingo 5 fue lluviosa. Luego, la
noche acariciaba con una brisa fresca el patio de la Escuela Secundaria Nº 4 de
Pueblo San Gustavo. Más de dos centenares de personas concurrieron a escuchar
la música de Joselo Schuap y su conjunto. Este cantautor litoraleño, y su
grupo, presentan un espectáculo vital en donde presenta canciones con poesías
protagonizadas por personas de tierra adentro, que defienden su dignidad y
viven enamoradas del ambiente en donde habitan. Pero además, intercala esta
propuesta con chamamé “maseta” y diversos ritmos latinoamericanos que invitan a
bailar “hasta que las velas no ardan”. Una curiosidad de este espectáculo
musical es la irrupción en escena del mimo Pochosky,
quien fue la atracción de los gurises que correteaban por el patio. Pochosky
bailaba haciendo circular por su cuerpo una bola trasparente a modo de “la
última gota de agua pura que queda en el mundo.”
Por otra parte, como es habitual en los
sínodos valdenses, se contó con un puesto de la Librería Morel, en el cual se
ofrecían publicaciones referidas a la historia valdense, a la educación
cristiana para niños, entre otros materiales.
Además, la comunidad de Paraná ofrecía
artesanías autóctonas: mates, materas, termos y agendas forrados en cuero,
decorados con la estampa valdense y la cruz hugonota.
Visita de los delegados fraternales
El área italiana de la Iglesia Valdense estuvo representada
por la Vicemoderadora, Daniela Manfrini, y la representante de la Comisión
Sinodal de Diaconía, Noemí La Fata. Casi al cerrar el Sínodo, el miércoles 8
por la tarde, la Vicemoderadora ofreció un discurso a la Asamblea en donde,
haciendo referencia al lema (el texto de Apocalipsis 22:17), afirmó: “Juntos,
entonces, al beber, los creyentes están llamados a compartir el agua con toda
la humanidad. Ellos están llamados a actuar con las herramientas de la realidad
humana, tratando de traducir este regalo (la posibilidad de beber del agua de
la vida) en las acciones para los prójimos. Ayuda material, apoyo, compromiso
político y social, afirmación de la justicia y de la libertad y la igualdad
entre hombres y mujeres.”
También el
Sínodo recibió la visita de la representante de la Iglesia Evangélica Metodista
Argentina, Graciela Rostan, el Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de
la Plata, pastor Carlos Duharte, por la Junta Unida de Misión, Nelida Wyatt,
por las familias valdenses diseminadas en el Paraguay, Eduardo Bertinat y Ana
María Porro, por la Iglesia Reformada Argantina, Alejandro
Faver y Sandra Cirulli, por la Acción Apostólica Común, Daniel Silvestre y
Timoteo Leiva, por la Comunidad de Iglesias en Misión (CEVAA), Auden Charoles y
Margarita Canteros, por la Asociación Valdense Americana (AWS), Robert Mueller,
por la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos, Dennis Smith, por la
Iglesia Reformada del Cantón de los Grisones: Giorgio Wuttge, Astrid Glang y
Christine Luginbuhl, entre otras personas.
Con vistas al próximo Sínodo
Una vez más el Sínodo valdense rioplatense se erige
como la fiesta de los hermanos y hermanas que provienen de diversos paisajes,
diversos caminos, para encontrarse y celebrar una fe común. Por momentos, el
suelo litoraleño azotó a los concurrentes con calores cercanos a los cuarenta
grados, en otros instantes, la lluvia y el viento refrescaban la labor de los
allí reunidos.
Sin embargo, lo que siempre se
mantuvo constante fue el afecto y el trabajo incansable de la comunidad de San
Gustavo-La Paz, quienes tenían la tarea de recibir a los integrantes del
Sínodo. Las actividades de la iglesia anfitriona eran muchas : desde hacer
las comidas, atender la cantina, hospedar a los visistantes en sus casas para
dormir hasta acompañar a las delegaciones fraternales a una visita por las
propuestas turísticas de la zona (paseo en catamarán por el río Paraná, conocer
las termas, etc). Esta obra reunió a gran cantidad de personas de diversas
edades, quienes se mostraron solícitos para que los visitantes estén lo más
cómodos posible. Al respecto, Daniel Ernesto Barolín, integrante de la Comisión
de la Iglesia local para organizar el Sínodo, señaló : «Si bien, es cierto, ha sido mucho trabajo pero esto
es una bendición porque esto le da vida, renueva fuerzas y, gracias a Dios, nos
podemos dar cuenta que estamos en una comunidad que tenemos todavía todas las
generaciones.«
La Asamblea Sinodal cerró su actividad con
un culto de clausura, el miércoles 8 de febrero a las 16:30, dirigido por el
pastor Álvaro Michelin Salomon. Luego, entre calurosos abrazos de despedida,
los participantes regresaron a sus lugares de origen, y los ecos de la
bulliciosa asamblea se fueron apagando, sumiendo al templo en un profundo
silencio. La espera se prolongará durante un año hasta que los próximos días 3
al 6 de febrero vuelva a recobrar vida la fiesta del encuentro, en el
quintoagécimo Sínodo, a realizarse, Dios mediante, en el Parque XVII de Febrero
en Colonia Valdense, Republica Oriental del Uruguay.
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