Como jóvenes Valdenses, la violencia de género nos ha
venido tocando de cerca, nos interpela y nos convoca a no quedarnos
callados ni calladas.
Entendemos que la lucha no es solo nuestra, de los y las jóvenes, sino que involucra a la Comunidad de Fe toda.
Todos y todas somos hombres y mujeres, mujeres y hombres, unidos en comunión, luchando por la vida.
Somo iglesia viva, iglesia profética, que denuncia un
sistema que mata y anuncia un proyecto de vida buena y abundante para
todos y todas.
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