La ‘tierra prometida’ para unos es la tierra
expropiada para otros
Los asentamientos o colonias israelíes se
establecieron por primeras vez en el territorio de Cisjordania en 1967 y
actualmente existen unas 135 aproximadamente y otras en construcción. Los
habitantes de las colonias son judíos practicantes convencidos que esa tierra
es suya porque esta escrito en la Biblia y muchos de ellos sostienen que van a
recuperarla sea cual sea el precio y los árabes tienen que salir de allí. En otros
casos, no tan extremistas, simplemente se instalan en las tierras de Palestinos
y obtienen de alguna forma los papeles de propiedad que no son trámites muy
complicados para ellos.
Esta ocupación y colonización ideológica y religiosa
esta ligitimizada por el gobierno de Israel y fundamentada en el mito de ‘La
tierra prometida’.
El gobierno de Israel ha llevado adelante un trabajo sistemático
de apropiación de tierras y edificaciones palestinas por medio del asentamiento
de colonos y de prácticas y entrenamiento del ejército. Los habitantes
palestinos pierden completamente sus propiedades, sus plantaciones, sus fuentes
de agua, y por más que recurran a la justicia, esta hace oídos sordos o va
posponiendo los casos durante años.
Según los datos de la OCHA (Oficina para los Asuntos
Humanitarios de las Naciones Unidas) alrededor de 300.000 israelíes viven en
aproximadamente 135 colonias en Cisjordania. El trato de Israel con los colonos
ha facilitado la expansión de Israel en tierras palestinas, en contra de las
leyes internacionales que han considerado ‘ilegales’ la creación de estos
asentamientos.
En la sesión del 9 de julio de 2004, la Corte
Internacional de Justicia de la Haya declaro que “Las colonias israelíes en los
Territorios Palestinos Ocupados, incluyendo Jerusalén Este, son ilegales y un
obstáculo para la paz y para el desarrollo social y económico de los palestinos”.
Sin embargo, nada impide que sigan existiendo colonias ni que se sigan
construyendo nuevas, lo hemos visto con nuestros propios ojos.
Puntos de vista.
El 30 de julio visitamos la colonia Efrata situada entre las ciudades de Belen
y Hebron, y el grupo se entrevistó con Bob Lang miembro del Consejo Religioso, quien afirmó: ‘no
es una colonia, es una comunidad’ y aclaro mas adelante que las colonias son
‘un puente para la paz’. Bob afirmó categóricamente que las colonias no son
ilegales ante el derecho internacional y que nada es ilegal para los judíos que
viven allí.
Foto: Marie Brøske Söderström. Colonia Efrata 30.07.2012
El procedimiento para establecer un asentamiento consiste
en: colocar containers o edificaciones precarias en alguna tierra Palestina e
ir construyendo de a poco las casas.
Israel establece un sistema de incentivos para los
colonos: bajos costos y construcciones de calidad, educación gratuita y
transporte para los estudiantes, altos salarios para los empleados del
gobierno, subsidios para los agricultores y bajos impuestos. Además, la
seguridad del gobierno israelí provee protección a los colonos mediante
bloqueos de rutas a los palestinos, construcción de muros de separación, pasos
exclusivos y diferentes tipos de barreras.
La mayoría de las poblaciones palestinas cercanas a
una colonia reciben constantes acosos a través de actos vandálicos y violencia
reiterada como por ejemplo: daños en plantaciones de olivos, contaminación de
las fuentes de agua, grafittis en las casas y en las mezquitas, matanza de
animales y provocación permanente paseándose armados por las calles de las
villas palestinas.
Foto: Fabricia Malan Carrera. Hebron 17.08.2012
Dos pequeñas historias.
Wadi qana es una villa Palestina, ubicada en un valle
fértil, donde se está planificado una reserva natural. Esta comunidad,
agrícola, con muchas plantaciones de olivos, está rodeada por las colonias
Qarne Shomron, Immanu'el, Yaqir, Nofim y Maale Shomrom.
En la tarde del 29 de junio unos adolescentes (entre
15 y 20 años) que pertenecen a una de estas colonias prendieron fuego unos 200
a 250 árboles de olivos. Los pobladores de Wadi qana se organizaron para
extinguirlo pero estos actos son comunes en la zona y nadie los detiene. Muchas
veces los soldados presencian esto sin actuar y cuando se eleva la denuncia a
la corte, la mayoría de las veces no se crean cargos contra los causantes de
los daños.
Fahime y Abu
Zuhdi viven en Azzun Atma y son agricultores. Poseen 136 dunums (1 dunum = 0,1
ha) y actualmente solo pueden acceder a una superficie de 70 dunums. Israel
construyo la colonia “Sha’are tiqwa” quedando en posesión de los colonos 40
dunums y los restantes 26 han quedado entre el muro de cemento de 7 metros de
altura y la colonia. Para Fahime y Abu Zuhdi (ambos mayores de edad) esto
implica que deben recorrer unos cuantos kilómetros para poder acceder a sus
plantaciones a través de una puerta agrícola, cuidar y regar plantaciones en sus
26 dunums que seguramente poco a poco la colonia se apropie de ellos. Han
perdido 300 árboles de olivos y 60 han quedado en esos 26 dunums. Entre la tristeza
y la desesperación, Fahime nos decía: ‘me arrancan el corazón cada vez que
rompen un árbol de olivo’.
Cuando los seres humanos interpretan las escrituras de otros tiempos a favor de
sus intereses -generalmente económicos-, sometiendo a otros seres humanos a
crueles tratos y abusos de poder, no creo que sea Dios el que inspira. Creo en
otra concepción de ‘Tierra Prometida', muy diferente a la que tienen estos
colonos judíos y no hay justificación alguna para tanta violencia y tanta barbarie.
Es la búsqueda de su ‘Tierra Prometida’ lo que mueve
al gobierno de Israel para destrozar el trabajo de otros y adueñarse de sus
tierras?
Comparto con ustedes este trozo del documento Kairós,
Palestina:
‘(…) Además, vemos
ciertos teólogos en Occidente que quieren también dar ellos una legitimidad
teológica y bíblica a la injusticia cometida contra nosotros. Según sus
interpretaciones, las promesas se han convertido en una amenaza para nuestra
existencia, y la misma "buena noticia" del Evangelio se ha convertido para
nosotros en un "anuncio de muerte". Invitamos a estos teólogos a profundizar
su reflexión sobre la Palabra de Dios y a rectificar sus interpretaciones, de
modo que vean en la Palabra de Dios un manantial de vida para todos los pueblos’. (…) (‘Un momento de verdad: Una palabra
de fe, de esperanza y de amor, desde el corazón del sufrimiento
palestino’11.12.2009)
Fabricia Malan Carrera
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