PAGINA VALDENSE

PAGINA VALDENSE

domingo, 29 de julio de 2012

Ante la condena a los aprepiadores de bebés de la dictadura militar:


Justicia

“La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia.”
(Génesis 4:10)


   El pasado jueves 5 de julio fue memorable para la sociedad argentina e incluso, me atrevería a decir, para todas aquellas personas que bregan por que haya justicia en el mundo entero: el salón judicial estaba repleto de público, la ansiedad devoraba los nervios de muchos, la espera de años, las lágrimas y el dolor contenido por décadas. Sin embargo, el día al fin llegó.
   La justicia, mediante la presidenta del Tribunal Oral Federal 6, María del Carmen Roqueta, señaló que se implementó una “práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad” en “el marco de un plan general de aniquilación que (se) desplegó sobre parte de la población civil, con el argumento de combatir la subversión implementando métodos del terrorismo de Estado durante los años 1976 a 1983 de la última dictadura militar”[*]. A raíz de esta definición, la jueza condenó a los ex jefes militares, y también expresidentes de facto, Jorge Rafael Videla y Reinaldo Benito Bignone, a cincuenta y cuarenta años de prisión respectivamente, además de emitir otras condenas a siete personas más por participar, en diversos grados, en el robo de bebes en el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
   Este juicio es la culminación de un trabajo de treinta y cinco años por parte de las Abuelas de Plaza de Mayo, los familiares de víctimas del terrorismo de Estado y otras tantas miles de personas que, con mucho coraje, se animaron a enfrentar el horror, le pusieron palabras a lo terrible y fueron juntando, poco a poco, miles de pruebas que culminaron con la aparición de cien niños (ya ahora adultos) sustraídos y la condena judicial antes mencionada. 
    Este acontecimiento me acerca al texto bíblico de Génesis 4: 1:16: este pasaje es un relato mítico, el cual trata sobre la violencia que anida en la experiencia humana. La narración es conocida universalmente: dos hermanos, Caín y Abel, el primero labrador y el segundo criador de ganado. Ambos tributaron los primeros frutos de su trabajo a Yavé, el cual recibió con agrado las primicias de Abel, no así las de Caín. Éste se enojó mucho y Dios le advirtió que hiciera lo bueno porque el pecado está asechando.
   El relator, mediante la recreación de la figura del pecado como si fuera una fiera, nos pone en alerta sobre lo que va a ocurrir pero, además, es la primera vez que en los textos bíblicos se habla de “pecado”, no antes, como la tradición cristiana asigna que asigna el  primer pecado a Adán y Eva. El relato del Génesis es categórico al darle el estatuto de pecado al crimen de Caín sobre Abel.
   Yavé interroga a Caín quien responde con evasivas y, en el versículo 10 le pregunta: “¿Qué has hecho?”. El profesor Pablo Andiñach, reflexiona al respecto: esta pregunta “es la más fuerte y grave de toda la narración. Habla del horror de Dios ante la acción humana de destruir la vida del hermano. Entre las tareas que el Creador había asignado al ser humano (dar nombre a las cosas, gobernar sobre los animales, labrar y cuidar la creación, unirse a la mujer para reproducirse) no estaba la facultad de asesinar al prójimo destruyendo lo que Dios había creado”[†].
   La pregunta que le hace Dios a Caín nos atañe a todos pues ¿qué sentido tiene el horror? ¿Qué teoría política o filosófica puede explicar la desaparición de personas, el robo de bebés o el arrojar personas vivas al mar? ¿se pueden explicar estos hechos horrorosos desde el punto de vista de lo que los militares llamaban la “guerra antisubversiva” o desde las políticas que el Departamento de Estado norteamericano implementó en “la región”? ¿O se podrían interpretar estos actos terribles desde el propósito de consolidar un proyecto político y económico que fortaleciera el poder de grandes corporaciones trasnacionales en desmedro de la economía local? De hecho el horror desborda cualquier abordaje racional.
   El psicoanalista y docente Osvaldo Delgado cita a Jacques Lacan, quien, en su Seminario número 11, dando cuenta de lo ocurrido en los campos de concentración nazis, afirmó: “las categorías hegeliano-marxista no pueden terminar de dar cuenta de ese horrendo sacrificio a los dioses oscuros”[‡]. Por su parte, la psicoanalista Norma Slepoy señala que: “suele considerarse que el psiquismo tiene una incapacidad que le es inherente, de representar aquello que desbordaría las posibilidades de imaginar y simbolizar”[§].En este sentido, Slepoy advierte que la acción de las fuerzas armadas durante el proceso fue una construcción sistemática y planificada para infundir el terror en la población. Ellos, mediante un golpe de Estado, se apropiaron del espacio gubernamental, sitio que debiera estar en manos de gente idónea para cuidar del bienestar de la sociedad, en cambio, sembraron el horror mediante la fuerza con el propósito de paralizar y aterrorizar a millones de personas.
   ¿Qué han hecho? ¿Por qué el goce oscuro de hacer sufrir hasta la muerte a miles de personas? Esta búsqueda de representar lo terrible tuvo además el obstáculo de la negación de información por parte de los militares. Recordemos aquella entrevista realizada en los años oscuros del Proceso en la que un periodista le pregunta a Videla sobre los desaparecidos y él responde, con una sonrisa perversa, “¿Qué es un desaparecido? No está ni muerto ni vivo, no tiene entidad, por lo tanto no se puede hacer nada”. Estas palabras representaron el modo de pensar y actuar de los militares golpistas. Este pensamiento se parece mucho a aquella respuesta de Caín ante el requerimiento de Dios sobre su hermano Abel: “No lo sé, acaso es mi obligación cuidar de él” (Génesis 4:9).
   El historiador Israel Lotersztain, citando un curso de Antiguo Testamento que dicto la doctora Christine Hayes en el año 2006, en la Universidad de Yale, recuerda la siguiente aseveración: “Caín es castigado, pero su culpabilidad tiene características muy particulares. Se supone que si alguien es culpable debe demostrarse que ha violado alguna ley, alguna norma. Y Caín muy bien podría aducir que hasta ese momento Dios no había dictado ley alguna, lo haría tan solo luego del Diluvio. Por ello, (…) cabe deducir que la Biblia presupone la existencia de una ley básica, previa a cualquier otra, primordial, una ‘ley moral universal’ que rige al Universo desde la misma Creación, y esta ley es la que define que la vida humana es sagrada. Y es la violación de esta ley básica, primordial, la que hace culpable a Caín.”[**]
   En este sentido, podemos reflexionar que por más que durante años se intentó desde el Estado argentino desplegar un manto de olvido imponiendo los decretos de Obediencia Debida y Punto Final, no pudieron hacer que nos olvidemos de que hubo quienes detentaron espacios de decisión para aniquilar a sus prójimos. Además, por más que nosotros no queramos ver lo ocurrido, la sangre misma de nuestros hermanos, derramada en la tierra, clama y seguirá clamando por justicia.
   Por esta razón es que se nos hace indispensable tener despierta la memoria, poder hablar de aquello que pasó, contarle a los más jóvenes para que no vuelvan a ocurrir más hechos horrorosos como aquellos y seguir buscando que se haga justicia. En ese sentido, ¿Cómo se puede plantear una verdadera reconciliación nacional si no hay justicia?
   Por esta razón es que el fallo de la jueza Roqueta, condenando a aquellos que robaron bebés en la dictadura es un acto reparador, es un signo de esperanza que vuelve a poner de pie a aquellos que durante décadas han sufrido tanto dolor.  

Eduardo Obregón.
  
  


[*] Dandan, Alejandro: “Una práctica sistemática y generalizada”, www.pagina12.com.ar (6 de julio de 2012).
[†] Pablo Andiñach  Comentario Bíblico Latinoamericano 1: Génesis  Verbo Divino, Navarra, 2005 (pagina 376).
[‡] El libro de los juicios  Instituto Espacio para la Memoria: La dictadura como perversión y goce oscuro. Entrevista a Osvaldo Delgado  IEM, Buenos Aires, 2011 (página 26).
[§] El libro de los juicios… La representación de lo traumático. Entrevista a Norma Slepoy (página 29).
[**] Lotersztain, Israel Caín y Abel  www.pagina12.com.ar (20 de enero de 2007).

martes, 24 de julio de 2012

Testimonio de los participantes a la Escuela Bíblica:


“Nunca se me pasó que podría ser útil a mi comunidad”

La Escuela Bíblica del Programa de la Acción Apostólica Común en Villa Río Bermejito, provincia del Chaco. 
Presentamos unas entrevistas grupales sobre dos talleres realizados en la comunidad de Villa Río Bermejito, provincia del Chaco.

Durante el mes de junio de 2011 se realizaron dos talleres. Uno tiene como título: “Liderazgo responsable” y el otro “Ocupación de la tierra I”. Este taller tiene este ttítulo porque el período bíblico-histórico que abarca está relacionado con la llegada del pueblo hebreo a la tierra prometida en Canaán. La historia de Rut y Noemí nos ayuda a presentar el tema de género en el taller.

Se decidió trabajar sobre estos temas porque es importante para el proceso de organización de las comunidades e iglesias reconocer personas que tienen actitudes o están en condiciones de participar activamente de estos procesos de manera especial, guiando o fortaleciendo la organización. También es fundamental reconocer a las mujeres como personas capaces de participar de estos procesos, como constructoras de la comunidad y con roles distintos de los varones pero de igual valor, con voces que pueden ser oídas y respetadas.

Entre los asistentes a estos talleres se encuentran: personas que participan de iglesias evangélicas pentecostales, pastores, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos de las comunidades, además de presidentes y secretarios de varias asociaciones civiles.

A través de las entrevistas queremos  conocer la incidencia de estos talleres en la vida de las personas que los han vivenciado. Queremos pensar y compartir cuál ha sido la relevancia de estos temas entre los y las participantes.

Lectura bíblica en clave de interculturalidad.

ENTREVISTA A LAS PARTICIPANTES DEL TALLER “OCUPACIÓN DE LA TIERRA 1”

"La ayuda mutua nos hace más fuertes..."
   Las mujeres que participaron del taller se reúnen en ronda para reflexionar sobre lo visto. La entrevistadora, Laura Tolu, les pregunta sobre como se ven ellas mismas, como mujeres, cual es el lugar de ellas en la comunidad y que cosas ellas pueden hacer que antes no se hacía. Luego, las mujeres hacen silencio y reflexionan sobre el tema.
   Al rato, Lucía, una de las participantes, abre el diálogo: “Cómo ellas (hace referencia a Rut y Noemí) han buscado eso de protegerse, luchar juntas y la importancia de que la mujer tenga su hijo, su familia. Eso hace sentir más una persona. Viendo a veces la situación de muchas mujeres que no quieren tener hijos, pero ella viendo eso dice que es un derecho tener un hijo. Porque la hace más importante. A veces situaciones como esta para las mujeres no es fácil llevar adelante. A veces como mujer se siente más débil. La ayuda mutua de cada una es como que hace más fuerte.”
Nancy agrega que la historia le hace pensar en su vida. “Mucha gente habla mal de mi porque no pertenezco a ninguna iglesia y muchas veces en las comunidades, cuando uno empieza a ir a estudios bíblicos como estos, no es bien visto. Viendo la historia de Rut, una muchacha que no era del pueblo judío, cómo su suegra, entre ellas se ayudaban. Cuando yo, el año pasado quería abandonar la Escuela Bíblica, mi madre me decía que no abandone. La fuerza entre dos mujeres hace que una siga adelante. Siempre con el consejo de alguien mayor.”
   Clementina también cuenta: “A pesar de que voy a la iglesia, la gente de mi comunidad me dice cosas: ‘para que voy a estar estudiando’, ‘no sirve  lo que pueda hacer el día de mañana’, que la gente no tiene esperanza en mí, sobre lo que voy a hacer el día de mañana. Pero mi madre me dice que siga adelante.
   Otra particpante, Silvia, también comparte su testimonio: “soy muy jovencita; yendo a algunos lugares lejos, no es confiable para una jovencita, hay muchos peligros, pero mi madre confía en mí e insiste y me ayuda a que siga adelante.”
   Luego, Mirta, la profesora en idioma qom que ayuda a la entrevistadora a entender lo que dicen las mujeres, reflexiona: “yo cuando miraba la historia, me costaba entender. Rut era de otro pueblo distinto de Noemí y muchas veces otra hermana de otro pueblo nos ayuda a pensar mucho, a veces necesitamos de su ayuda y sin darnos cuenta formamos parte de la familia de esas personas, como Dios nos une a pesar de las diferencias de pueblos. Pero cuando el objetivo es uno las mujeres se unen y luchan juntas por un bien mejor.


   Justamente por mi hija empecé a leer la Biblia para que me acepten en los estudios bíblicos, porque las mujeres siempre se quedan en la cocina. Porque había muchas cosas que se predicaban de otra manera, que no te ayudan, que te dejaban al abandono porque Dios mismo te va a bendecir, pero viendo la situación sabe que es diferente, busqué el mensaje que la Biblia tiene para nosotros.
"La historia de Rut me ayudó a valorarme como mujer"

  Cuando leí la historia de Rut me ayudó, me animó como mujer a valorarme como mujer. No quedarme con esa predicación de que te vas adoras a Dios y todo lo demás vendrá solo. Cuando vi la historia de Rut no era así, las mujeres tenían que salir a luchar por sus derechos, contando con los consejos de las ancianas que son muy buenos, porque ellas conocen que va a pasar en el futuro. No es que no escuchemos a la persona que tiene nuestra edad, hay que valorar y rescatar lo bueno de lo que nos aconsejan y reflexionar.”





ENTREVISTA A LOS PARTICIPANTES DEL TALLER “LIDERAZGO RESPONSABLE”

Reunión de estudio bíblico.


   La ronda está reunida y la entrevistadora, María Laura Tolu, les pregunta sobre como  ellos, dirigentes comunitarios y religiosos Qom, reflexionan sobre su experiencia a partir del taller sobre liderazgo en el que han participado en la Escuela Bíblica. Luego de un rato en el que los hombres estaban en silencio, Juan Carlos abre el diálogo: “conocíamos la palabra liderazgo, pero no sabíamos el significado de la palabra. Ahora vemos de otra manera: vimos que lo que están al frente de nuestra comunidad algunas veces hacen mal las cosas, a lo mejor por no entender o por no saber las cosas. En realidad, ahora vemos las cosas de otra manera: tenemos nueva visión de poder cambiar las cosas. Porque yo creo que lo que estudiamos acá no se habla en otros lugares.”
   “Nunca se me pasó por mi mente de que podría ser útil para mi comunidad. A veces me pongo a pensar de nuestra historia. Le transmito a mis compañeros las cosas que veo acá. Algún día, si terminamos la escuela, y volvemos a nuestros lugares, seguramente la gente va a ver a otra persona. Durante la carrera de tres años se aprende, tenés otra forma de pensar y también de ayudar a tu comunidad. Mi meta es esa, el día de mañana ser útil a mi comunidad. Yo creo que todos los muchachos que están acá tienen capacidad para eso”, agrega.
   Luego, Ángel dice: “Gracias a los profes se ha aclarado un poquito en mi mente la preocupación de mi comunidad. Casi todos hicimos un esfuerzo, eso es lo que observo.”
   Después Luis señala: “Parte del gobierno, parte de las luchas, eso merece que alumbra bastante, merece enfrentarlo, que la lucha no es tan fácil, pero por medio de esta escuela, nos dicen muchas cosas. Ahora ya tenemos referencia, en qué lugar estamos. Con la experiencia y la edad vamos creciendo para que vayamos bien.”
Auden Charoles, integrante del equipo educativo de la
Escuela Bíblica.
   El auxiliar en Idioma Qom, Auden Charoles, afirma: “El objetivo de la Escuela Bíblica es que todos los temas que se tratan tienen que ser claros, entendidos, para que salgamos de aquí con una preparación firme, ya teniendo una respuesta para cualquier pregunta.  En muchas de nuestras comunidades nos esperan con preguntas de varios temas. Lo más importante es que vayamos entendiendo, comprendiendo y también aplicando.” Y agrega: “muchos quieren ser líderes, pero el significado de la palabra en sí no se sabe, quiero ser líder, pero ¿cuál es mi rol como líder?”
   Ángel vuelve a tomar la palabra y recuerda:  “En el año 2006, cuando tuvimos una protesta de abandono total de mi comunidad (El Espinillo) y yo usaba mi propia preocupación del abandono de mi comunidad, entre el gobierno y luchar, y nada más, para que salga alguna ayuda a mi comunidad. En  ese momento no sabía nada de lo que estábamos hablando.”
   Luis también rememora: “Entraron a la casa de gobierno y empezaron la huelga de hambre y esa es la historia de los luchadores del 2006. De las leyes, del gobierno no se sabía”
   Auden reflexiona al respecto: “hubo muchos diálogos entre varios dirigentes porque si no había, seguramente no podían conseguir un resultado bueno para su comunidad, entonces un líder nunca tiene que estar cerrado, en un espacio muy cuadrado. Ellos estaban adentro de la casa de gobierno, pero afuera había otros líderes que conocen como es la legalidad del estado. Tengo la valentía de ser un buen dirigente comunitario pero también tengo que buscar un dirigente que tenga conocimientos jurídicos para evitar cualquier cosa. Y también es así en lo religioso, porque en las comunidades indígenas siempre nos aferramos más a lo que es la Palabra de Dios y la espiritualidad, y creo que nuestra dirigencia sin esta espiritualidad no puede avanzar. Y siempre por mas que tengamos capacidad, sino tenemos presente a este Dios no vamos a realizar buenas cosas para nuestro pueblo.”
“Antes del 2006 yo nunca participé de ningún curso para liderazgo, pero cuando entré a defender a mi comunidad y todo lo que vimos acá el año pasado no se vende, no se compra las luchas eso no lo comprendí, pero lo tengo y sostengo mi fuerza, no vendí. Cuando llegué a la Escuela, eso aprendí”, acota Ángel.
Audén agrega a lo que señala Ángel: “si nos ponemos en lugar del dirigente, eso es lo primero que uno tiene que estudiar. Un líder, un dirigente surge en un momento determinado, una situación. Los dirigentes máximos de El Espinillo surgieron por una situación grave, y como bien dijo él, esa situación no se negocia con una cosa barata. Pasa lo mismo con las cosas de Dios: el dirigente religioso tiene que tener en claro que la Palabra de Dios no se negocia. El dirigente tiene que ser muy honesto, abierto y sincero.”
   Ángel rememora una anécdota: “Una vuelta, medio que no quería hacer todo lo que estoy pensando para defender las comunidades, cuando todavía no había entrado a la Escuela Bíblica. Entonces, me quedé pensando: “no se si voy a seguir”. Pero cuando comenzó la Escuela, la comisión fue a El Espinillo y comentó que hay una Escuela Bíblica, y preguntábamos ‘¿qué es la Escuela Bíblica?’ y nos decían se practica la Biblia, los profetas, las leyes, el derecho y dije: ‘¡Ah! que bien’ y volví a reaccionar para tener fuerza y vine.”




Referentes de la Comunidad Qom de Villa Río Bermejito (de izquierda a derecha): Daniel Silvestre, Margarita Cantero, Timoteo Leiva y Auden Charoles.




   Otro participante cuyo nombre es  Reyes también comparte su experiencia: “Estaba recién congregándome en la iglesia y después  vine a la Escuela Biblica, porque  dije: ‘de paso quiero aprender’. Al yo convertirme a la familia de Dios, dije: ‘voy a aprender así voy a servir a la iglesia’. Porque otra cosa no me queda, yo estaba enfermo de tanto tomar alcohol, vino, y ahora esa enfermedad que yo tenía se me está yendo. En la iglesia comento que acá soy nuevo pero que la única solución que hay es el Evangelio. En la clase leímos el texto de 2 timoteo 1: 1-6: ‘Por lo cual te aconsejo que despiertes el don de Dios que está en ti’ y me empieza a revolucionar lo que está ahí escrito y cada tanto le pego una hojeada. Eso también es lo que es querer ser líder para servir a la iglesia, servir para mi comunidad, es mucha la necesidad estando en la orilla del pueblo (Castelli)”.
































martes, 3 de julio de 2012

Programa de Capacitación Teológica con Pueblos Originarios:


Caminos y esperanzas

Por María Laura Tolu

Hace más de dos décadas un grupo de personas de varias iglesias evangélicas (valdenses, metodistas, evangélicos del Río de la Plata, pentecostales, entre otros) se reunieron bajo el cielo chaqueño para organizar talleres de capacitación teológica.
Este hecho tan sencillo que expresa la intención de un grupo de personas de aprender un poco más de Biblia y teología fue el comienzo de algo imprevisto.

Si miramos más de cerca este grupo nos encontramos con distintas personas y distintas historias que han coincidido en tiempo y espacio para encontrarse. Entre las personas que integraban ese grupo había líderes políticos y religiosos tobas, jóvenes tobas inquietos, pastores y laicos.

Cada persona presente en esa reunión llegaba a ese lugar junto con su historia de vida, con su cultura, sus creencias, sus convicciones políticas y religiosas.
Algunos vivían en el campo, otros en grandes ciudades, llegaron por distintos caminos algunos de tierra y otros de asfalto, algunas personas trabajan en las cosechas, otros ocupan cargos del gobierno provincial, otras son maestras, otros son profesores y pastores. Otros cuidan animales y recolectan productos del monte.

Estaban en ese lugar  para organizar el estudio bíblico, interesados en conocer y aprender más de la Biblia y las experiencias del pueblo hebreo. Isedet, a través del Educab comienza a trabajar en talleres en el Chaco, en el departamento Güemes de esta provincia en el intercambio de experiencias en la lectura bíblica.

Muchas sorpresas, descubrimientos e interrogantes atravesarían esta tarea.
Por un lado quienes llegaban a tierras chaqueñas con un programa armado para desarrollar en el taller, se encontraban con una experiencia nueva y distinta. Por otro lado, las personas que participaban en estos talleres, conocían poco el idioma español, muchos de ellos apenas leían, tenían comidas, casas y paisajes distintos. Se encontraban con otra manera de expresar sus creencias, de conocer el mundo. En definitiva, de a poco o de repente, se dieron cuenta que estaban en otro contexto cultural.

Esta realidad de la tarea originó muchos interrogantes: ¿Cómo leer la Biblia respetando la cultura e identidad del pueblo toba? ¿Cómo crear puentes de diálogo entre los pueblos de la Biblia y el pueblo toba? ¿Cómo reflexionar sobre experiencias religiosas que han ocultado y condenado la cultura del pueblo toba?

De esta manera la experiencia de lectura bíblica en el monte chaqueño fue adquiriendo colores y formas antes impensadas. Surgió la necesidad de pensar la manera de organizar los talleres que se estaban realizando de vez en cuando. Las personas interesadas, pastores, laicos, laicas, profesores, se juntaron y dieron forma al proyecto.
Como resultado se escribe una cartilla con la fundamentación, la descripción del contexto, los objetivos y propósitos del programa y nace el “Programa de Capacitación Teológica con Pueblos Originarios”.

Este Programa propone combinar la dimensión integral de la cosmovisión aborigen (su aspecto religioso, cultural y económico) con una vivencia teológica cristiana que dignifique las distintas dimensiones de la vida que han sido negadas por considerarse diferentes.

Esta combinación demanda una toma de posición frente a la realidad conocida y compartida con los pueblos originarios de nuestro país. Por este motivo consideramos que la lectura bíblica debe ayudar a fortalecer el proceso de organización de las comunidades y la búsqueda de alternativas  dignas para todos y todas sus integrantes.

La creación de espacios que generen una reflexión bíblico-teológica y el encuentro entre comunidades y denominaciones religiosas aborígenes es fundamental para el diálogo sobre las distintas situaciones que atraviesan los pueblos originarios de esa región.

Rompiendo moldes

La propuesta de lectura bíblica que adopta el Programa (Escuela Bíblica y talleres de reflexión bíblico-teológica) tiene algunas particularidades. Leer la Biblia desde las “historias de vida” que estas contienen es una de ellas. Esto nos permite abrir un diálogo con las diferentes personas que en el texto están presentes sin perder de vista aquellas historias que no son visibilizadas.
Descubriendo estas historias de vida prestamos atención a la relación de las personas con la divinidad, y también a las maneras cómo se relacionan entre ellas. Una interacción que no es homogénea sino diversa, porque las personas y sus experiencias son diferentes.

Leer la Biblia desde sus “historias de vida” nos permite reflexionar sobre nuestras historias de vida, los conflictos, sus soluciones y problemas. Posibilita la valoración de cada vida que se presenta en el encuentro, la recuperación de su autoestima y el reconocimiento de su cultura como portadora de valores.
“Gracias a la Biblia nosotros podemos descubrir el valor de cada cultura… En esta Escuela se valora lo que es nuestro y nos da ánimo de estar y participar en la sociedad blanca porque ya que vivimos juntos en un país, debemos poder dialogar y eso para nosotros eso es importante.” “La Escuela Bíblica abrió puertas. Muchas puertas estaban cerradas, había puertas abiertas, pero que nos llevaban a otras cosas” expresan algunas mujeres tobas en relación al trabajo del Programa.

Este espacio de lectura bíblica es un momento para acercarnos a la realidad de la comunidad actual y a la del pueblo bíblico, para transformar nuestro aquí y ahora. En este espacio inclusivo, cada participante siente que tiene la posibilidad y el compromiso de aportar y recibir conocimiento de otros participantes. También descubren que cada momento que se vive representa un aprendizaje para el desarrollo de las comunidades.

Se espera que a través de una relectura de la Biblia en libertad, podamos unirnos en la recuperación del Dios de la vida y que genera vida. Es un  intento de caminar juntos  Pueblos autóctonos y  Pueblos venidos desde afuera, unidos en la fe en un mismo Señor que nos permite mantener nuestras diferencias en un marco de respeto, para encarar búsquedas comunes que nos lleven al descu­brimiento y experimentación aquí y ahora del nuevo cielo y la nueva tierra” dice el documento que explica los propósitos del Programa.

Este acercamiento bíblico nos pone en conflicto con miradas tradicionales al texto bíblico donde la Palabra se impone como normativa de ideas, valores y culturas ocultando colores y formas diversas. A la vez nos encontramos con procesos históricos que, ciertamente, han oprimido a los seres humanos y han tomado como elementos constituyentes del seguimiento a Jesús el sufrimiento y la imposición.
La utilización del mensaje bíblico ha sido una herramienta importante mal usada en la construcción de discursos opresivos por eso nos resulta un desafío esencial cuestionar esos discursos en la búsqueda de otros participativos e inclusivos, que tomen en cuenta aquellas personas que han sido olvidadas.

Estas miradas tradicionales nos han moldeado de tal manera que muchas veces nos impiden descubrir las historias de vida que Dios nos quiere contar.
Develar estas historias es un desafío constante hacia nuestras ideas y pensamientos. De manera que las personas del pasado bíblico y del presente irrumpen en nuestra lectura bíblica rompiendo moldes.


Aprender a usar la “S”

La invitación a participar del Programa de Capacitación Teológica con Pueblos Originarios representó en mi experiencia personal un desafío y una posibilidad.
Un desafío porque conocer y escuchar testimonios de fe desde una forma diferente de organizar la vida es una experiencia cuestionadora y movilizante de mis creencias. Una posibilidad, porque ser cuestionada y movilizada permite crecer.
Dejarse interrogar por aquel diferente o semejante, me interpela sobre lo qué soy, quién soy, y cómo soy, sobre lo que somos, quiénes somos, cómo somos.

Además, hay algo que este desafío y posibilidad me enseñan: a usar la “S”. A pensar nuestras comunidades en plural, a pensar que esas comunidades educativas y  de fe están formadas por historias de vidas con experiencias distintas. A pensar en culturas, experiencias de Dios, ejemplos, miradas, pensamientos, sentimientos, pueblos que participan en el entramado de la vida.
“Aprender cómo hablar, y sobre todo a escuchar y esperar, descubrir en la práctica qué quiere decir esto del ser y el estar” sostiene Blanca Geymonat en relación a su experiencia de trabajo en el chaco.
Este entramado tiene distintos recorridos, caminos llenos de esperanzas que posibilitan otros discursos, desde la perspectiva bíblica, que sean liberadores para todas y todos los habitantes de América Latina.









Comunicado de la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas:



Por la igualdad, la ampliación de derechos y contra la discriminación
Sobre la Reforma al Código Civil y su significación en el ámbito religioso.

Al presentar el proyecto de Reforma al Código Civil y Comercial (RCCC), la Presidenta de la Nación, Dra Cristina Fernández de Kirchner destacó la intención de asegurar la igualdad a todos los habitantes de la Nación, enfatizando: “…el sesgo de la libertad e igualdad que es lo que campea en toda nuestra Constitución …asegurar la libertad y la dignidad de las personas para elegir su forma de vida”.
La ampliación de derechos y la lucha contra toda forma de discriminación, son los principios que motivan esta reforma. Como instituciones religiosas y organizaciones civiles claramente comprometidos con la libertad e igualdad, celebramos el camino emprendido, tal como lo hemos expresado al apoyar cada lucha contra la discriminación racial, de género, étnica o los prejuicios sufridos por los pueblos originarios.
El establecimiento de diferencias, y menos aun de privilegios, basados en filiación religiosa o creencias, son contrarios tanto a la fe que profesamos como a los principios filosóficos y jurídicos que animan esta reforma legislativa.
Consideramos que para avanzar hacia la libertad e igualdad, pilares fundamentales para un Estado Constitucional, Social, Democrático y de Derecho, el presente proyecto de RCCC debe incluir el reconocimiento a la diversidad de las expresiones y comunidades de la fe que alberga nuestro pueblo, a su especificidad y funcionamiento.
En esta materia subsisten instituciones discriminatorias creadas por gobiernos de facto, como la Ley de Registro de Cultos (ley 21.745), establecida por la última dictadura cívico-militar, cuya derogación reclamamos. Por otro lado durante el gobierno de Juan Carlos Onganía se introdujo el reconocimiento de la Iglesia Católica como persona pública -que se prolonga en el actual proyecto. Ello genera desigualdad frente a las demás confesiones, credos y creencias, tanto a nivel institucional, como de sus ministros y de sus creyentes, perjudicando a la cuarta parte del pueblo argentino que abraza otras creencias o ninguna1.
Coincidimos con nuestra Presidenta Cristina Fernández de Kirchner cuando afirmó que necesitamos “tener instrumentos que les sirvan a todos los hombres y a todas las mujeres cualquiera sea el Dios al que le rece o aún cuando no tenga ningún dios para quien hacerlo.” Si la RCCC busca superar institutos desactualizados, desigualdades injustificables y restricciones a la plena libertad de los ciudadanos, esta es una buena oportunidad para corregir también este asunto. Si la Iglesia Católica deja de ser una persona pública, y debe acogerse a las mismas obligaciones y derechos de las otras entidades religiosas, quedará en evidencia la arbitrariedad que significa mponer a las instituciones religiosas las pautas y criterios que rigen a las asociaciones civiles creadas para otros fines. Sostenemos que deberá buscarse una legislación consensuada adecuada a las funciones y responsabilidades propias de lo religioso. Y ello redundará en beneficio de todas las personas y credos por igual.
Nos inspira un espíritu ecuménico y de diálogo que propicia la igualdad de las
condiciones de todos los participantes. Las asimetrías jurídicas, los privilegios
consentidos por el estado y las diferencias legales afectan claramente la posibilidad de un diálogo que asegure a todos los participantes una plena libertad frente a si mismos, frente a los demás y frente al estado que, imparcialmente, debe contenernos a todos por igual.

Federación Argentina de Iglesia Evangélicas
25 de Junio de 2012

1 Datos de la PRIMERA ENCUESTA SOBRE CREENCIAS Y ACTITUDES RELIGIOSAS EN
ARGENTINA, accesible en http://www.culto.gov.ar/encuestareligion.pdf

domingo, 1 de julio de 2012

Murió el teólogo José Miguez Bonino:

Adiós a un teólogo querido

José Míguez Bonino

José Míguez Bonino falleció el 30 de junio pasado a la edad de 88 años. Fue pastor metodista y rector de la entonces Facultad Evangélica de Teologia (hoy IU-ISEDET), entre otras tantas labores. Sin duda, fue uno de los teólogos protestantes que más ha influenciado a la reflexión teológica latinoamericana. A modo de homenaje, citamos un reportaje que le hiciera Victor Rey, extraido del sitio web de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.

José Míguez Bonino, pastor metodista,argentino, teólogo reconocido, profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Teológicos(ISEDET); miembro de la Constituyente que dio a la luz la nueva Constitución argentina. Destacado pensador. Décano de los teólogos evangélicos latinoamericanos.

¿Nos puede contar algo de su vida?

Soy hijo de dos inmigrantes, padre gallego y madre italiana, trabajadores de puerto. Se convirtieron aquí. Mi madre se convirtió primero y mi padre la siguió. De manera, que yo estuve dentro de la Iglesia Evangélica Metodista de chico y participé activamente a nivel de juventud hasta cuando sentí, estudiando en la Facultad de Medicina, la vocación al ministerio. Entonces vine a Buenos Aires a estudiar teología, y luego ingresé al pastorado de la Iglesia Metodista.

Tuve ya un pastorado como estudiante en Bolivia por un año y después en Mendoza, en Buenos Aires.  Entonces el Obispo de la Iglesia me invitó a hacer un curso de post-grado para trabajar en la enseñanza teológica. Lo hice en Estados Unidos en la Facultad Metodista y luego en el Seminario Unión en New York. Volví a enseñar aquí desde 1954 hasta 1958, y luego  del trabajo del doctorado del 60, me hice cargo de la Dirección de lo que era entonces la Facultad Evangélica de Teología, que al unirse con la Facultad Luterana de Teología formó lo que es ahora el ISEDET.

Mientras tanto, siempre mantuve una vinculación con la iglesia local, en unos casos como pastor titular y en otros como pastor asociado, lo que todavía sigo haciendo y, eventualmente, por distintas circunstancias tuve participación en el Movimiento Ecuménico de Comisión de Fe y Doctrina del Consejo Mundial de Iglesias, y en un momento entre 1975 y 1983 formé parte de la Presidencia del CMI. Diría que dos o tres cosas que me marcaron fueron la experiencia que me dio -justamente el participar en el Movimiento Ecuménico-, por una parte, conocer sobre las iglesias de Europa, Africa, Asia y su problemática, y la oportunidad de viajar bastante por América Latina. 

La segunda cosa fue durante el período del gobierno militar en Argentina;  mejor dicho, poco antes del gobierno militar, la formación de la Asamblea Permanente por los Derecho Humanos con participación de personas de diversas extracciones políticas, religiosas, ideológicas, culturales. La Asamblea tuvo la responsabilidad, junto con otras organizaciones, de defender los Derechos Humanos, así como la protección hasta donde fuera posible, y el apoyo, de la gente que sufrió persecución durante esos años. Medió una visión que me parece que para mí fue muy significativa, en relación con los esfuerzos de solidaridad dentro de la sociedad civil y el valor que tienen en momentos de crisis.

¿Cuáles han sido los factores, autores y libros que han contribuido en su formación como teólogo?

En primer lugar, por supuesto, fuera de todo el resto, la Biblia. Yo estoy convencido, desde mi infancia, que finalmente allí uno encuentra no respuestas hechas, pero sí dirección, conducción y orientación, de modo que hay la necesidad de volver constantemente a la Biblia.  Luego yo diría que de las cosas que yo he leído me ha ayudado a contemplarla mejor. Desde el punto de vista del estudio son para mí muy significativos los comentarios y trabajos que ubican la Historia Bíblica dentro de su contexto, saber lo que significaba, lo que hizo un Isaías, Jeremías en su tiempo, la clase de sociedad que Jesús anuncia y el significado que tiene.  Ver el mundo helenístico al cual entra Pablo y como logra hablar en el idioma de ese mundo, sin traicionar ni cambiar para nada la centralidad de la Fe.

Todo el campo de estudios bíblicos que se abre enormemente en Europa y en particular en las décadas del 50, 60 y 70 me ha ayudado muchísimo y ha sido fuente de inspiración.

Por otra parte, tal vez el tema teológico que se nos presentaba a los estudiantes de teología por la década del 40, cuando yo estudié, era que por un lado teníamos herencia religiosa muy pietista, muy evangélica, centrada en la Salvación de Jesucristo, en la búsqueda de la Santidad, la dirección del Espíritu Santo. Muy centrada en la experiencia de la conversión y el crecimiento en la fe. Además, habían entrado todas las tendencias liberales que nos interesaban, porque nos ponían en contacto con la cultura de nuestros pueblos y como jóvenes evangélicos argentinos sentíamos la necesidad de entrar y participar de la cultura, en la vida social de nuestros pueblos.

 Entonces, en las tendencias liberales, especialmente lo que se llamó "el evangelio social", encontramos una orientación para esa preocupación nuestra por la cultura, por la sociedad. Pero al mismo tiempo, notamos la debilidad teológica de esa orientación, en la búsqueda de ligar nuestra tradición bíblica teológica evangélica con la preocupación social, con el ámbito cultural. Para mí y para muchos compañeros míos, la Teología de Bart fue sumamente significativa. Este era un teólogo que había llamado a la teología de vuelta a la Escritura, pero que al mismo tiempo participaba activamente en la lucha contra el racismo.
 
Entonces creo que esto nos atrapó y aprendimos mucho. Para mí por lo menos fue significativo leer primeramente algunos artículos de Bart, luego el libro sobre Romanos,  la Teología Sistemática, y junto con él a otros autores ligados a este despertar teológico europeo de origen reformado, por ejemplo, que nos ha ayudado. También Ray Hollinworth, que critica el evangelio social fuertemente por su debilidad teológica y por su idealismo utópico, pero al mismo tiempo está preocupado en cómo se puede construir dentro una sociedad moral, una vida más justa y más digna.

¿Nos podría dar una breve definición de lo es la teología?

Ya que mencioné a Bart, una definición  bartiana que para mí sigue siendo vigente es la reflexión de la Iglesia a la luz de las Escrituras sobre su misión en el mundo. Todavía es la mejor definición que conozco.

¿Y a qué se debe que América Latina la teología no tenga mucha presencia y cuál sería el futuro de la teología en América Latina?

La teología en América Latina fue siempre una teología importada. Desde el principio, la teología española de la conquista fue una teología importada; la teología protestante, tanto de las iglesias de inmigración como de las iglesias misioneras, fue importada. Esto a mí no me escandaliza, porque a cualquier lugar del mundo donde llega el Evangelio tiene que traerlo alguien. El Evangelio no lo inventa un pueblo, tiene que recibirlo. Y tiene que recibirlo, de manera que uno puede decir que toda la teología ha sido de alguna forma importada desde el nacimiento del cristianismo, desde que de Palestina la llevó Pablo al mundo helenístico y después muchos a varias partes del mundo. 

A mí no me preocupa, siempre que en algún momento esa teología heredada empiece a ser reflexionada, interpretada en relación con la vida del pueblo donde se está arraigando el Evangelio, es decir, que tome en cuenta las experiencias históricas, sociales y tradición, mas esto en América Latina no había ocurrido.  

Hay algunos textos que podríamos mencionar, muy esporádicos, donde se intenta. Pero  yo diría que hasta la década del 40 ó 50 no hay  un intento serio de pensar sobre la Fe recibida, heredada, vivida y pensar a la luz de la problemática y necesidades de nuestros pueblos. Entonces yo creo que recién allí empiezan a aparecer esos intentos, estimulados a veces por otros autores de afuera. Pero al mismo tiempo, porque había surgido ya una segunda generación de evangélicos y, en algunos casos, una tercera que se sentían verdaderamente parte de su país. Entonces intentaban pensar en esta teología. 
Yo creo que es allí donde nacen, por un lado, algunas participaciones en lo que se ha llamado Teología de la Liberación; donde comienza la Fraternidad Teológica Latinoamericana a tratar de sus experiencias desde sus iglesias, a pensar la teología como latinoamericanos. Eso se va profundizando, yo creo que desde las décadas del 50 y del 60 empieza a aparecer una teología latinoamericana que las iglesias aún no han asumido. Tal vez por el peso de la tradición. En realidad siempre ha ocurrido así, pero creo que ya hay una consciencia teológica latinoamericana, que se expresa de muchísimas maneras: movimientos estudiantiles, grupos de estudio, etc. Y que es muy necesaria, especialmente en gente joven de todas las iglesias evangélicas.

Uno pude también advertir en los seminarios e institutos bíblicos el sentimiento de que se necesita una formación más profunda, en términos de la interpretación de la Escritura como de la teología, la ética. De ahí que creo que hay un campo muy grande y que estos intentos de los últimos años no deben considerarse como la última palabra, sino que tienen que ser profundizados y enriquecidos.

¿Cuál es la misión de la Iglesia hoy?

La misión de la Iglesia está dada fundamentalmente por la comisión evangélica. En las distintas versiones que tienen los escritos de los evangelios, se llama a predicar el Evangelio a todas las naciones, no solamente a todos los individuos, sino a todas las naciones. Este evangelio del Reino será predicado hasta el día del retorno en Gloria, del Señor. En el mensaje de la vida, en el Evangelio de Juan, el Señor sopla para que ese mensaje de la vida eterna sea anunciado.  Creo que el énfasis en predicar el Evangelio, de ser testigos del Reino de Dios y de anunciar la vida, me parece que son formas distintas de referirse a una misma misión, pero que tienen que ser formas complementarias. De manera que la misión no se la entienda simplemente como una proclamación oral del Evangelio, tampoco se puede entender uniteralmente como una forma de vida que de por sí misma sin hablar,  muestre lo que signifique el Reinado de Jesucristo en la vida humana.

De manera que creo que es necesario tomar en conjunto esta diversidad, esta amplitud que nos muestra la Biblia para una concepción de la misión de la Iglesia para que sea lo que hoy llamamos Integral o algunos utilizan la expresión Holística, si es que se refiere a la totalidad a la vida.

¿Cómo ve al pueblo evangélico en estos momentos en América Latina, cuáles son sus áreas fuertes y débiles?

Evidentemente,  si uno piensa de sus áreas fuertes creo que el impulso misionero, el impulso evangelizador es (en un librito que va a salir por aquí) el principio básico de las Iglesias Evangélicas en América Latina.  La Iglesia en América Latina tiene la consciencia de que tiene que anunciar el evangelio y que tiene que llamar a la gente a creer y seguir a Jesucristo.  De amanera que creo que eso es lo fuerte, principalmente.  La experiencia de los últimos años ha mostrado que responde a una necesidad muy profunda  de la población nuestra, en estos momentos de crisis cultural, social, ética, muy fuerte de condiciones en las cuales sectores crecientes de nuestra población, son lanzados a la marginalidad  o situaciones muy precarias donde no se encuentra el sentido de la vida.  Parecería que todas las posibilidades están agotadas creo que la ansiedad y la necesidad que eso crea ha encontrado  en la predicación evangélica una respuesta y por eso se da el crecimiento, éstas son las cosas débiles.  Yo diría que nuestra fortaleza y nuestra debilidad,  es decir que esa concentración enorme en la acción misionera a veces no ha sido acompañada de un crecimiento.  Tanto en el aspecto yo diría espiritual más profundo, es decir que a veces hemos cultivado una especie de piedad bastante superficial, la piedad hecha solamente de cantos fervorosos, de predicación encendida está muy bien, pero que no tiene suficientes raíces y entonces cuando sobrevienen situaciones difíciles fácilmente se diluyen o lo que es peor es llevada a expresiones espectaculares que no me parece que tienen la profundidad y la seriedad que tiene el evangelio, expresiones puramente exteriores que son muy contagiosas pero que a veces nos generan un verdadero compromiso de toda la vida, estamos teniendo ya, desgraciadamente, las Iglesias Evangélicas una especie de clientela religiosa que consume la religión pero que no produce la vida, es decir que son clientes de la religión pero no discípulos en el sentido total del discipulado.  También me parece que es sumamente peligroso el mostrar el evangelio como un camino para la prosperidad.  Esto está entrando fuertemente en unos sectores evangélicos, tal vez con muy buena voluntad y tal vez respondiendo a una necesidad real porque la gente necesita poder vivir, pero haciendo promesas que no son las promesas de Jesucristo, el no nos prometió que nos iba a ir bien, que todo el mundo nos iba a querer , que vamos a ser prósperos.  Nos dijo que lo siguiéramos que estuviéramos dispuestos a llevar la cruz, que lo que dejáramos por el evangelio nos sería devuelto en dos o tres  o diez veces más, pero eso es gracia, el propósito es seguirlo a él, lo demás viene por añadidura conseguiremos que la gente crea lo que es fundamental, me parece que ahí un error y es bastante débil.

La otra debilidad que estoy advirtiendo ahora es justamente el hecho que por el gran crecimiento el mundo evangélico viene a ser un actor social en la sociedad latinoamericana, es decir que tiene peso, todavía no muy visible, pero tiene peso.  Entonces la tentación de aprovechar ese peso para el poder propio me parece que es una tentación muy grande, estamos advirtiendo ya.  Sería muy triste que nosotros que como evangélicos criticados siempre por el uso del poder, legitimando religiosamente el uso del poder político con la Iglesia Católica para sus propios fines termináramos siguiendo el mismo ejemplo, en lugar de pensar en una cristiandad católica, nosotros intentaramos ahora una cristiandad protestante, que sería igualmente grave.  Yo no digo que no deba pensar en el tema del poder es un tema importante y gracias a Dios si tenemos posibilidad de participar pero separamos desde donde participamos cual es efectivamente una forma evangélica de entender la vida política la vida social, porque si no corremos el riesgo de transformarnos en clientes del que más nos ofrezca, de manera que creo que aquí hay otro campo en el que tenemos debilidades, pero, nuevamente la debilidad es nuestra fortaleza porque llegamos de pronto a ser significativos en la sociedad sin tener suficientemente preparado la retaguardia teológica de formación que nos sirva para participar  activamente.

¿Cómo ve la participación de los evangélicos en la política, y cuéntenos acerca de sus propias participaciones políticas en la constituyente que formo la constitución en Argentina?.

Yo veo la participación de evangélicos en política en principio positivamente, yo creo que el evangélico es un ciudadano que tiene responsabilidades por su país y que debe ejercerlas en todos los niveles.  En nivel religioso, pero, también social, cultural, económico, político, de manera que en principio esto ya esta bien, personalmente yo no creo en la formación de partidos evangélicos, creo que la experiencia de partidos políticos confesionales en el mundo entero no es positiva, porque crea una confusión entre lo que es el evangelio y lo que es la política.  Me parece que las dos cosas son muy importantes pero que deben tener identidad propia y entonces o se juntan demasiado o se separan.  Es decir o uno vive su evangelio por un lado y su política por el otro sin racionalizarlas o una las mezcla tanto que no se sabe cuando está, cuando como político o como cristiano.  Me parece que el partido evangélico yo diría no, participación de evangélicos en la vida política, si, y creo que la experiencia que hemos tenido en los últimos años con la participación en varios lugares nos está mostrando a la vez la posibilidad pero también los peligros, tenemos ya algunas experiencias que nos advierten bastante.  La experiencia en Centroamérica, me parece que nos llama la atención a los peligros, la experiencia de Perú también.  Por otra parte nos muestra que sí que hay una posibilidad.  Yo personalmente nunca quise participar siendo pastor ministro, en un partido político, en realidad en mi juventud yo fui afiliado de un partido político cuando ingresé al ministerio renuncié a la afiliación porque en ese momento me parecieron incompatibles.

En lo de la Asamblea Constituyente en el 94, me invitaron a participar como ex partidarios, es decir sin asumir afiliación partidaria y pensé esto es una cosa muy distinta, se trata no de una cuestión partidaria, sino de la Constitución de la Nación, que es para todo el pueblo.  Por otra parte yo hice muy claro que no asumía un partido, y que si había puntos en los cuales la posición del sector con el cual yo participaba, por el cual era elegido, no la consideraba coherente con mis convicciones no lo iba a apoyar, además era acotado por un tiempo la Conversión Constituyente es elegida para que haga las reformas y tardó cuatro a  cinco meses en hacerlo y allí terminó, de manera que en ese sentido acepté la candidatura pensando que me daba la oportunidad de participar en la preparación pero que era muy difícil que llegara a ser elegido.  Fui elegido y entonces participe con una preocupación principal por ciertos temas que me parecían que eran temas que me interesaban como cristiano, como evangélico.  Por un lado los temas que tenían que ver con la condición de libertad religiosa y de igualdad religiosa que es el tema más importante, nuestra constitución era todavía una constitución muy católica, con artículos que venían del tiempo del patronato, entonces yo creía había modificación que había que hacer. Algunas se pudieron hacer, otras, particularmente, no.  Y por otra parte me interesaba también todo el tema que tenía que ver con la distribución del poder,  Es decir, la inclusión en la Constitución de formas directas y semidirectas de democracia que permitieran mayor participación al pueblo y los temas que tenían que ver con Derechos Humanos de todo orden, es decir, derechos políticos pero también derechos sociales y muy particularmente el tema de los derechos de los pueblos indígenas, de manera que participe. Participé particularmente en las comisiones internas de la Asamblea que tenían que ver con esos temas de los nuevos derechos, de las formas de participación política y del tema religioso.  En ese sentido mi experiencia fue muy positiva aunque las cosas que surgieron de la Asamblea algunas me gustan y otras no me gustan, esto es lo que pasa cuando uno participa en un proceso como este.